La Dieta Trampa (Como romper con ella)

Con la primavera encima y los buenos propósitos del Año Nuevo muertos y enterrados, resucitan para atormentarnos. Hace tan sólo unas pocas semanas atrás parecía como si pudiéramos vivir con ropa de invierno para siempre pero, con los narcisos asomándose al sol a través de la fría tierra te das cuenta que, de no ponerle remedio, este verano vas a tener sobrepeso.
¿No sería mejor liberarse de este círculo vicioso? Imaginarse que no sólo ésta sino que, ¿cada primavera comenzara sin más preocupación que el color de tu bikini?

Es posible vivir sin el temor a la llegada del verano pero, eso sí, tienes que romper con las dietas trampa. Se trata de un mensaje manipulado por los medios de comunicación, círculos sociales e incluso por profesionales de la salud que, conduce a las personas por un camino de aumentos y reducciones de peso. Liberarse de ello supone tratar a tu cuerpo con el cuidado y dieta que realmente necesita , no solo para un par de semanas, sino para toda la vida. Significa olvidarse de falsas ideas, dietas fracasadas, de contar y reducir calorías, de saciarse a base de nutrientes. ¿Listo para un cambio real?. Aquí tenemos los primeros pasos a seguir:

RENUNCIAR A LA IDEA DE UNA SOLUCIÓN RÁPIDA

Hay que mirar más allá del verano. Hay cantidad de programas para perder peso de forma rápida, reduciendo calorías y siguiendo un plan estricto pero que no ayudan a mantenerse en el tiempo. De hecho, tras una dieta restringida, tu cuerpo tendrá mayor propensión a adquirir grasas porque, al estar bajo en calorías, serás incapaz de reunir la fuerza de voluntad necesaria para dejar definitivamente los atracones. La mayoría de las personas con sobrepeso y obesidad siguen la dieta de manera eficaz. Lo que ocurre es que están atrapados en la dieta trampa (bajas de peso durante la dieta y fuera de ella vuelves a ganarlo, te sientes frustrado y ganas aún más peso). Sentirte bien cada verano no supone reducir drásticamente las calorías. Aléjate de querer resultados rápidos y trabaja con la idea de tener un cuerpo sano. Tu cuerpo tendrá un peso saludable siempre y cuando lo alimentes con lo necesario y en cantidades razonables, lo cual conduce al siguiente punto: comida sana.

FAMILIARIZARSE CON LA COMIDA SANA

La mayoría de la gente piensa que sigue una dieta saludable pero,¿ sabes qué la mayoría no lo hace?. Si tienes que perder peso, la probabilidad de no seguir una dieta saludable es superior a la media. Tenemos una tendencia a recordar las cosas que encajan con nuestra auto percepción y nos olvidamos de las que no lo hacen, la mayoría de la gente sólo recuerda las veces que come bien y se olvida de los deslices. También nos acostumbramos a tamaños de raciones grandes, perdiendo el control sobre lo que es normal. Además, para la pérdida de peso, tenemos una idea equivocada sobre cantidad de productos que se hacen pasar como “saludables”. La mayoría de los productos anunciados para perder peso, probablemente no ayudan (no conozco ningún cuerpo escultural que coma Especial K o incluya un refresco light en su dieta). Estos productos ofrecen tener todo lo que buscas, con menos calorías y además permiten perder peso. No necesitas comer una dieta baja en calorías, sino comer diferente.

Necesitas comer más verduras, grasas buenas y proteínas, renunciando a algunos productos que no tienen cabida en un cuerpo sano. Tienes que saber la composición de tu comida y cómo tu cuerpo la sintetiza. Las personas que han seguido dietas trampa durante mucho tiempo necesitan aprender de nuevo, que es la comida sana y acostumbrarse a cocinarla. Proponte durante dos semanas cocinar todo lo que comes, puedes comer cualquier cosa, siempre y cuando lo cocines tu mismo. Evita la carne precocinada, ​salsas envasadas. No usar microondas. Estará fuera de tu menú toda aquello no elaborado a partir de materia prima básica. Puedes comer incluso pan, sólo si lo elaboras tu mismo.

Ingredientes “frescos”, son aquellos que no tienen etiqueta o que solamente tienen un ingrediente escrito en la misma. Elige estos productos cuando vayas a hacer la compra. Evita la comida precocinada y rápida, esto te ayudará a conocer mejor tu cuerpo obteniendo un resultado más saludable y eficaz.

DETENGA LOS AGOTADORES ENTRENAMIENTOS

No vas a quemar ese donut en la cinta, no estoy sugiriendo que no entrenes o que no hagas un entrenamiento duro, sino que para un cambio permanente (bajar de peso definitivamente) huyas de la media verdad que nos cuentan cuando dicen aquello de, estás quemando grasa en tus entrenamientos. Mientras que el ejercicio hace aumentar el metabolismo, ayuda a la digestión y a mantenernos sanos, el mito de que la grasa se quema en el entrenamiento es como una maldición en el mundo fitness. Tu cuerpo requiere grasa para impulsar la actividad, pero para la media de las personas, la idea de estar quemando grasa normalmente tiene consecuencias desastrosas en la trampa dieta.

En primer lugar, lo más importante en la actividad física, es que sea algo que te guste hacer. Quemar grasa implica sentir un esfuerzo que merezca la pena. Partiendo de la base de que conforme aumentes la actividad te sientes más seguro, muchas personas que buscan perder peso se beneficiarán de ello. En segundo lugar, es frecuente que a un duro entrenamiento le suceda una bien merecida comilona. Es decir, que la gente elimine comiendo en unos pocos minutos, el progreso realizado en una sesión de ejercicio. Finalmente, la visión de tu cuerpo como una balanza de calorías hacia dentro y fuera dará lugar a una desastrosa dieta. Este pensamiento conduce a limitarse en la comida o a comer exageradamente. Tu cuerpo quiere consistencia con una sólida fuente de nutrición todos los días.

Entonces, ¿qué comer?. Además de la recomendación de volver a la dieta básica del segundo punto, hay que hacer por lo menos 3 comidas al día. Incluye una fuente de proteína en cada comida, como el pollo, la carne roja, pescado o huevos. Intenta introducir variedad en las fuentes de proteínas, ya que algunas personas tienen tendencia natural a utilizar las de mayor contenido en grasa, combínalas para asegurarte de que no estás recibiendo demasiada grasa. Elabora la mayor parte de tus platos con verduras, incluye almidón, como la patata y la batata, puedes añadir un poco de arroz, también puedes comer un par de bocadillos todos los días, incluyendo de nuevo un poco de proteína, frutas y unas pocas nueces o comida más ligera. Bebe mucha agua. Evita el alcohol y el azúcar. Es un gran cambio que requiere esfuerzo, compromiso y un enfoque a largo plazo. Imagínate sentir la felicidad y la anticipación del próximo año olvidando la dieta trampa para siempre.

Sobre el Autor

Jess Johns-Green es entrenadora personal, nivel 1, entrenador CrossFit y psicóloga. Especializada en las intervenciones sobre la obesidad y la Terapia Cognitivo-Conductual. Jess es un atleta y entrenadora en CrossFit Colchester.

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